Desmintiendo los mitos del entrenamiento en invierno: Porqué esta estación puede ser la mejor para comenzar a moverse.
Menos excusas, más constancia: El frío como aliado
Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas, los días más cortos y la rutina parecen dar excusas perfectas para dejar de entrenar. Sin embargo, para muchos especialistas, esta temporada es una gran oportunidad para crear hábitos duraderos y cuidar la salud desde ya.
«Entrenar en invierno puede parecer contraintuitivo, pero tiene muchas ventajas si se hace con constancia», asegura Jorge Pizarro, Gerente Técnico de Smart Fit en Chile. «El frío nos obliga a ser más disciplinados, y eso construye hábitos más sólidos en el tiempo», agrega.
Desde su experiencia, Pizarro ha identificado una serie de creencias que suelen desmotivar a las personas durante esta época. A continuación, desmonta los principales mitos que frenan el movimiento cuando bajan las temperaturas.
Mito 1: «Sudamos menos en invierno, por lo tanto quemamos menos calorías»
Falso. Según Pizarro, el sudor no es sinónimo de gasto calórico. De hecho, el cuerpo necesita más energía para mantener su temperatura interna en ambientes fríos, lo que puede traducirse en una mayor quema de calorías durante ciertos tipos de entrenamiento.
Mito 2: «En invierno rindo menos»
Más que el clima, lo que influye en el rendimiento es la constancia. «Este es un tremendo mito. Lo cierto es que una persona que entrena tres veces por semana en invierno tendrá más avances que quien entrena solo en verano», explica. Lo importante es ajustar las expectativas, escuchar al cuerpo y mantener la regularidad.
Mito 3: «Después de entrenar me voy a resfriar»
Es uno de los temores más comunes, pero no del todo cierto. Pizarro aclara que el ejercicio ayuda a fortalecer el sistema inmune. «Mientras te abrigues bien después de entrenar y mantengas una buena higiene, el riesgo no es mayor. Incluso elegir un gimnasio con buenos camarines puede marcar la diferencia», comenta.
Mito 4: «Es más fácil lesionarse»
El frío puede hacer que músculos y tendones estén más rígidos, pero con un buen calentamiento y la ropa adecuada, el riesgo disminuye. «El entrenamiento guiado incluso previene lesiones típicas del sedentarismo. Lo importante es seguir una pauta adecuada y preparar bien cada rutina», señala el especialista.
Mito 5: «Voy a esperar a que vuelva el buen clima»
Quizás el autoengaño más frecuente. «La motivación no es el punto de partida, es una consecuencia. Si esperas a tener ganas para moverte, probablemente no lo harás. Pero si partes, aunque sea con poco, las ganas aparecen después. Y los resultados, ni hablar», concluye Pizarro.
Invierno: Una invitación a empezar
En tiempos marcados por el estrés, el sedentarismo y los cambios de rutina, entrenar en invierno no solo es posible, sino recomendable. No se trata de lograr un «verano sin polera», sino de comenzar a sentirse mejor desde ahora. Porque a veces, el mejor momento para empezar no es cuando hace calor, sino cuando uno deja de postergarse.